La conformidad del producto pasa por la comprobación de la correspondencia real entre las especificaciones de las materias primas (fichas técnicas de cada uno de los ingredientes) y la ficha técnica del producto terminado. Podemos comprobar el cumplimiento desde tres puntos de vista –científico, legal y lingüístico- para determinar:

a) el cumplimiento de la reglamentación del país de destino;

b) el nombre legal y científico exacto de cada ingrediente;

c) la denominación legal de venta correcta del producto terminado;

d) la correspondencia legal y técnica exacta entre el contenido de los ingredientes y materias primas en el producto y los valores declarados en la etiqueta, tanto en términos de cantidad y de calidad.